sábado, 29 de marzo de 2014

JUNTOS PERO NO REVUELTOS

La Pingolla: JUNTOS PERO NO REVUELTOS, publicada el 29 de marzo de 2014.

Cuando las fiestas de San Blas eran, en el lugar, más que rumbonas, no cabía un alma en el salón de baile. Los quintos sacaban en procesión al santo y paseaban al macho cabrío, todo él engalanado con cintas y con un descomunal cencerro. Pero se las dejaron venir abajo y no ha habido salero para sacarlas a flote. Aires republicanos corrían en 1.935. José Calle Caletrío, al que todos conocíamos por Ti José “Garboso”, era quinto viejo en febrero de aquel año, de los que saldrían en carnavales, después de correr los gallos y sacar por calles y plazuelas la “Vaca Antruejo”. El día de San Blas había celebrado un mitin en la villa de El Casar de Palomero el Partido Nacionalista Español, de sectarios tintes fascistas, dirigido por el médico ultramontano José María Albiñana Sanz, que estuvo desterrado en Nuñomoral (Las Hurdes) por sus ataques insidiosos contra la II República. Después del mitin, un buen puñado de jóvenes de tal partido se trasladaron en una camioneta a las fiestas de San Blas. “Vinun pol lo menú quinci o venti -me contaba Ti José “Garboso”-; tóh con loh suh górruh al ehtilu melital y cá cual con su cayá. Era ya anochecíu. S,abajarun en la plaza y se jidun cumu loh ámuh del pueblu. Al frenti venía un tal Terrón, del Casal, y ótruh de Herváh”. José Calle recordaba perfectamente cómo se metieron en el salón de baile, amenazando con las cayadas en alto. “Eran mu farrúcuh –me seguía relatando el paisano- y na,máh sabían que grital “¡Viva Arbellana!” Antóncih, únuh cuántuh del pueblu, que eran socialíhtah, dierun en dal vívah a Largu Caballeru, y allí s,armó la de San Quintín, que salierun váriuh ehcalabráuh”.
Me reconocía Ti José, el que se nos murió con 78 años el día de San Serapión de 1.992, que aquella trifulca ocurrida en las fiestas de San Blas sirvió para que el personal de izquierdas del lugar le viera a las orejas al lobo y se uniera como una piña. Antes, al parecer andaban siempre a la greña, entre ellos, los variopintos republicanos o tirándose los platos con los socialistas. En estos actuales tiempos donde los de la cúspide de la pirámide están proletarizando a marchas forzadas a las clases trabajadoras, la desunión se hace palpable entre las formaciones que dicen defender los intereses de tales clases populares. No aprendemos de la pasada historia. Ernesto Ché Guevara lo reafirmaba con contundencia: “Si fuéramos capaces de unirnos, qué hermoso y qué cercano sería el futuro”. La sociedad civil clama por un proyecto común que desemboque en un proceso constituyente, que sea capaz de traernos un auténtico bloque social. Todos dicen trabajar en ello. No obstante, cada día surgen proyectos personalistas que echan por tierra la deseada unión. El batiburrillo de la izquierda le está haciendo el caldo gordo a esa derecha que ha puesto de rodillas a las clases medias y bajas. En el cajón de sastre encontramos infinidad de siglas: Frente Cívico, Podemos, Equo, Partido X, Convocatoria Cívica, Procès Constituent, Izquierda Anticapitalista, otras que hacen referencia a partidos soberanistas y nacionalistas de Euskadi, Galicia, Aragón, Catalunya y otros territorios. En nuestra bellotera Extremadura tenemos el PREX-CREX (bien podían eliminar lo de CREX, que rechina a los oídos y suena a fatal rasgadura). Y como cabestro de la vacada, IU, que no acaba de llevarse al huerto a la infiel infantería o a los sanchopancistas que van en burro.
Las Marchas de la Dignidad, tan criminalizadas por la gente de orden (de un orden que es la expresión del miedo a perder sus egoístas y egocéntricos privilegios), se desgañitan por la unidad de la izquierda. Es preciso empujar el ariete todos juntos, incluida mucha gente de las bases del PSOE, aquella que se arriesgue a romper de una vez con todo ese hatajo de dinosaurios que les dirigen, manchados por la corrupción, aculados en multimillonarias poltronas, aburguesados, vendidos a los mercados e incapaces de ver que la lucha de la izquierda también es contra el Parlamento Europeo y sus políticas que solo favorecen a las transnacionales y los oligopolios y se arrodillan vergonzosamente ante los EEUU de Norteamérica. Y no se puede fraguar la unión sin los anarquistas, pues ese frente unitario y popular debe sentar las bases de una izquierda que, como afirma el filósofo y lingüista Noam Chomsky, reinvente virtuosa y enérgicamente los tres pilares de la verdadera Libertad, Igualdad y Fraternidad, barridos con la aparición de la autocracia estatal.

Todos juntos pero no revueltos. Ya lo decía Ti José “Garboso”: “cá oveja con su pareja, peru saltandu una trah otra la portilleja”. Y es que, parafraseando de nuevo al Ché, “la Revolución es algo que se lleva en el alma, no en la boca para vivir de ella”.

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