domingo, 23 de febrero de 2014

LENGUA DE SERPIENTE

La Pingolla: LENGUA DE SERPIENTE, publicada el 22 de febrero de 2014.

Que Gala Rodríguez Paniagua, más conocida por Ti Gala “La Moraña”, naciera y muriera el mismo día y el mismo mes (aunque no el mismo año), resulta cosa curiosa. Pero que ella y su marido, José Martín Sánchez (en el pueblo, Ti José “Galopo”), fallecieran de muerte natural en la misma fecha y en su propia casa, sorprende todavía más. Una hora menguada se llevaron los dos en aquel triste 16 de octubre de 1.952. Ella se fue con 77 años cumplidos, y él con 87. Virgilio Martín Rodríguez fue uno de sus hijos. Le apodaban “Zorongollo”. Crió a sus ocho vástagos en una huerta al sitio de “La Blasca”. Aún se mantiene en pie la humilde caseta, comida por las zarzas. De huertero pasó “Ti Vergilio” a negociante en temas de leñas y carbones. Y a la par que iba medrando en los negocios, dio en desarrollar un ingenioso lenguaje, todo él atiborrado de curiosos eufemismos a los que les colocaba sufijos despectivos, pero sin intención de ofender a nadie. Así, entraba en la taberna y pedía un “botellucu del pajarracu”, haciendo referencia a una cerveza del “Gavilán”. Al teléfono le denominaba el “cuernucu alcagüetucu”; a la motosierra, la “perruca cabreaúca”; al periódico, el “mentirosucu”... En una ocasión, cuando me contaba sus andanzas en la Guerra Civil, me relató: “Me metierun en la charracina del Ebru y una bellotuca rabiosuca m,aburacó la chambruca y me rehtregó de rahpajilón la sobaqueruca”. O sea sé: que, en la batalla del Ebro, una bala perdida le agujereó la camisa y le pasó rozándole la axila. Y siempre vaciaba sus palabras con su campechanería habitual. Si algo no le interesaba, repetía machaconamente: “¡Bobadúcah, bobadúcah, bobadúcah...! De aquí que se diluyera su apodo de “Zorongollo” y todo dios diera en renombrarle como Ti Vergiliu “Bobadúcah”.

Tenía gracia y desparpajo Ti Virgilio a la hora de soltar su lengua. Pero hay que reconocer que los eufemismos, si no son irrisorios, suelen ser políticamente perversos. Cuando se desvirtúan, que no era el caso del que fuera mi paisano, adoptan una actitud frente al lenguaje que tiende a abrazar la hipocresía, que no la honestidad. Ya lo decía el escritor británico George Orwell: “el tipo de lenguaje eufemístico sirve, en política, para lograr que las mentiras parezcan verdades y el asesinato respetable”. El Gran Jefe Indio de la tribu de los sioux, Thathanka Iyothanka (Toro Sentado), afirmó que “hombre blanco hablar con lengua de serpiente”. Y por echar al aire esta frase, junto con otras parecidas metidas por Joaquín Sabina en su canción “Cuervo ingenuo”, fue censurado Javier Krahe en los gloriosos tiempos del PSOE (1.986). No permitían los santones socialdemócratas, que no socialistas, que a Felipe González se le acusara de traicionar a la izquierda.

Zapatero también hizo sus pinitos eufemísticos, significando aquello de que “España no estaba entrando en crisis, sino en una desaceleración”. Pero los campeones de la perversa hipocresía eufemística han sido, con mucho, esta derecha del PP que tiene agañotadas a las clases trabajadoras. Personajes tan troleros, tan engañabobos y tan mezquinos como Rajoy, Fátima Báñez, Montoro, Luis de Guindos, Marina del Corral y otra gavilla de saqueadores se han hartado de escupir aquello de “movilidad exterior”, “préstamo en condiciones extremadamente favorables”, “impulso aventurero de la juventud”, “procedimiento de ejecución hipotecaria”, “flexibilidad del mercado laboral”, “dexindesación”, “optimizar recursos”... para no llamar por su nombre a la fuga de cerebros, al rescate de los bancos, a los desahucios, a la amnistía fiscal, al abaratamiento del despido, a las pensiones a la baja, a las privatizaciones, a las rebajas salariales y a todos esos descuartizamientos que han hecho con el pueblo trabajador. ¿Cómo llamarán, por ejemplo, ahora a lo ocurrido en aguas del Estrecho de Gibraltar, donde las olas del mar enfurecido claman justicia por haber despojado a un puñado de desheredados del mundo de sus pulsos vitales? Y ninguno de los responsables, aferrados como lapas a sus cargos y enrocados en sus negras almas de fariseos y falsos cristianos, tiene la dignidad de dimitir.
A Ti Virgilio le sonaba a chino el nombre de Quinto Tulio Cicerón. Pero éste se las amañó para que su hermano Marco, el que llegaría a ser cónsul de Roma, usara determinadas palabras y expresiones para robarle el voto al ciudadano. Corría el año 64 antes de Cristo. Siglos después, los campos nazis de exterminio mostraban en su frontispicio aquel terrible eufemismo de “Arbeit Macht Frei”, o lo que es lo mismo: “El trabajo os hará libres”. ¡Cuánto echo de menos los sanos e irrisorios eufemismos de mi amigo “Bobadúcah” ante la perversidad de las perífrasis, circunloquios y ambigüedades de gran parte de la casta política de hoy en día! ¡Malditas lenguas de serpientes!

lunes, 17 de febrero de 2014

LA NORIA DE LA MEMORIA

La Pingolla: LA NORIA DE LA MEMORIA, publicada el 15 de febrero de 2014.

“M, arrecuerdu cumu si juesi ahora mehmu. Era el segundu domingu d,agóhtu. Algúnuh andaban atrasáuh en la trilla, c,habían empezau a movilizal a loh mózuh pa la Guerra y faltaban brázuh en lah labórih”. Quien así hablaba era Manuel Montero Barroso, que había heredado el remoquete de “El Obispo” y, además, le decían Ti Mané. Y Ti Manuel, que era tocayo de su abuelo paterno, de quien heredó el apodo de “Obispo” y, a su vez, de su abuelo materno, al que motejaban Ti Canelo, me refería que todo el pueblo se revolucionó al ver llegar dos camionetas a la plaza. En ella venían guardias civiles y otros antruejados con la camisa azul. Los miembros de la corporación municipal habían sido detenidos, así como otros vecinos, entre ellos cuatro mujeres, todos ellos de izquierda. El Gobernador Civil impuesto por los fascistas, Fernando Vázquez Ramos, comandante de la Guardia Civil, no había logrado nombrar una comisión gestora en el lugar. Nadie quería ser cómplice del tiro en la nuca. Se bajaron de las camionetas y maniataron a los 22 vecinos. “Al frenti d,élluh venía unu del Ahigal, qu,era unu de deréchah que era un creminal y un asesinu -me contaba Ti Mané-, y si no llega a sel pol don Flugenciu el Médicu y pol don Rufinu el Cura, a tóh loh ventidóh loh marean pa,í pa cualquiel barrancu”. José María Domínguez Moreno (ya están tardando en nombrarle Cronista Oficial de la Villa), preclaro investigador e hijo de Ahigal, le puso nombre y apellidos a aquel cabecilla fascista: Julián Albarrán García, apodado “Chiripa”, oriundo de Mohedas de Granadilla, a quien el 21 de julio de 1936 había nombrado el Comandante Militar de Plasencia como presidente de la comisión gestora franquista de dicho lugar de Ahigal.

El genocida Julián Albarrán hizo muchas y a cada cual peor. En Ahigal, urdió el asesinato de los izquierdistas que estaban en el calabozo. Con la excusa de sacarlos a orinar por la zona de “El Caño”, tenía intención de matarlos, alegando, después, que habían intentado escaparse. Pero un falangista de los de verdad, honesto y cabal, descubrió el complot y le delató. “Chiripa”, al verse descubierto, se abalanzó sobre él y le destrozó la camisa azul. Desgraciadamente, poco después, un nutrido grupo de ahigaleños serían paseados por una panda de asesinos derechistas que habían usurpado una camisa color del mono del obrero, que no les pertenecía.

Masacraron a vecinos de Ahigal y a otros muchos miles en diferentes pueblos de España. Cunetas y barrancos llenos de cadáveres. “A vécih cuasi que ni loh enterraban –relataba Ti ManueL “El Obíhpu”. Jadían un cachu chabancu y, ¡hala!, allí loh tiraban, cumu en la jesa de “La Berrozana”, que loh guarrápuh jozaban y sacaban hahta loh brázuh y loh piéh de loh probecítuh”. Más de 150.000 todavía no reposan en los camposantos de sus villas y lugares. Recientemente, nos visitó el Relator especial enviado por Naciones Unidas, Pablo Greiff. Se reunió en Madrid con familiares y represaliados del franquismo. Él, junto con el abogado Carlos Slepoy, han manifestado que España está incumpliendo flagrantemente no solo la legislación internacional, sino la propia legislación y Constitución española, por no investigar el genocidio franquista. El Grupo de Trabajo de la ONU sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias (GTDFS) ha instado al Gobierno español a “cumplir su obligación de buscar a los desaparecidos durante la Guerra Civil y la dictadura”. Se emplaza al Ejecutivo de Mariano Rajoy a que asigne “los recursos de personal, técnicos y financieros suficientes para esa tarea, debiendo recibir las víctimas la adecuada reparación”. Y se le da de plazo, a más tardar, hasta el día 15 de noviembre del año en curso.
El Gobierno del PP sigue mirando para otro lado, haciendo ascos de la Memoria Histórica. Pero ya decía el escritor y poeta Johann Paul Friedrich Richter que “la memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados”. Al igual que nuestra imputada Infanta, tal Gobierno parece no acordarse de nada. Pero la memoria es noria que no se para. Tendrá el pueblo libre y llano, del que era parte Ti Mané, que apretarles las clavijas a unos y a otros para que les ocurra lo que aquel que, según Ramón Gómez de la Serna, “tenía tan mala memoria que se olvidó de que tenía mala memoria y se acordó de todo”. Mi paisano, reseco y renegrido y no orondo como un obispo, que nació un día de La Pura de 1917 y falleció un 23 de septiembre de 1998 (efemérides del Cristo de la Paz, fiesta principal del pueblo), jamás supo quién era José Saramago, pero este ilustre escritor advirtió claramente: “Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina con la indiferencia”.


domingo, 9 de febrero de 2014

CROMAÑONES.

La Pingolla: CROMAÑONES, publicada el 8 de febrero de 2014.

Ya íbamos siendo zagalones. Cuando en el lugar las ferias eran ferias, no como ahora, nos dio por comprar unos petardos. La tarde agonizaba. Las sombras invadían la calleja. Salustiano López Esteban estaba a la puerta del corral. Era proverbial su rabioso genio. Le conocíamos como Ti Salustiano 'Riquitio': Salustiano en recuerdo del único hermano de su padre, que murió de pulmonía con 24 años. Y 'Riquitio', extraño mote, heredado de su abuelo Ti Pablo y que pasó a su padre, Ti Quirino López Martín. Lanzamos unos petardos a sus pies y se llevó un susto de órdago. Se ciscó en todo lo de abajo y lo de arriba y, cogiendo una orejera de un arado, se lanzó sobre nosotros. Corrimos como alma acosada por demonio. Nos salvaron las sombras de la noche.

TI SALUSTIANO tenía un acusado prognatismo, por lo que presentaba una mandíbula cromañónica. Su primo Manuel Esteban Cabezalí , al que llaman en el pueblo Manolo 'El Guarrapino', me refería: "El mi primu Saluhtianu era ehcapá de charnihcal con lah ñáhcarah loh crihtálih de loh vásuh, cumu si roiera un cuhcurru de pan". Y no solo trituraba con sus piezas dentarias los vidrios, que, en sus años mozos, según cuentan, levantaba a una persona echada en el suelo, apresándola con sus recios dientes por el cinturón. Tristemente, Salustiano, el sobrino de Wenceslaa y Rolinde , que, en el fondo, era un alma buena, se nos fue para el reino de la nada en el otoño de 1982, cuando tan solo cargaba con 61 estíos a las costillas.

Hablando de prognatismos y mandíbulas, no se puede comparar el mazacote mandibular superior de la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho , con la conformación bucal de Ti Salustiano, ya que éste, de haber vivido, jamás le habría dicho a ese pequeño gremlin que es nuestro Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro , piropos como ese de "eres el ministro más deseado". Ocurrió en esa convención que la derecha ha celebrado recientemente en Valladolid. La faena la remató Susana Camarero , secretaria ejecutiva de la formación pepeísta, afirmando del andaluz que, sin lugar a dudas, era el ministro más querido por todos los españoles. ¡Tiene guasa la cosa! Ahora, cuando el número de parados subió el pasado enero en 113.097 personas respecto al mes anterior. Bien dice el refrán que "se necesitan dos años para aprender a hablar y setenta para aprender a callar". Pero no calla la catalana, la que por su prognatismo cromañónico, tal que las etnias bantúes y otros negroides, haría furor en el antiguo Egipto, pero no dentro de los cánones de la belleza griega.

Si que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo digas", afirma un proverbio árabe. Al fresco le trae a otro cromañón, cuyo prognatismo tan solo es virtual, dicho adagio. Porque patética es la figura de Paco Marhuenda , director de ese medio cavernario que llaman La Razón, cada vez que abre la boca en las muchas tertulias a las que asiste. Ya no sabe ni qué decir para defender visceralmente a las tropas del PP y a su comandante en jefe, el señor Rajoy . Cuando le llevan la contraria, su subconsciente franquista solo ve contubernios de la izquierda o toda una conjura de tontos (se nota que él no se mira en el espejo). Atrás no se le queda el macho de la piara, el que, con la que está cayendo, se le ocurre ponerles un sueldo a la que, en tiempos, fue su Elena de Troya pero de la que hoy dicen muchos que es esposa despechada, y a su nuera, la princesa plebeya y a la que el escritor y periodista Aníbal Malvar la ha motejado, por sus últimos hechos, como La Quinqui.

EL REY Borbón, que tuvo antecesores con acusado prognatismo cromañónico como lo tuvieron los Austrias (¡ay de la endogamia!), ha declarado, con su voz cansina y gangosa, ante el cuerpo diplomático, que "hay motivos para el optimismo". Se le olvidó decir que "para los de siempre" Y tuvo la desfachatez y cara dura de espetarnos que los capitales extranjeros han regresado a España y están creando empleo. Mejor que se busque a otro 'negro' para que le escriba los discursos y deje de montarnos tan penosos circos. Más le valía aclararnos a todos los españoles su patrimonio y escuchar a Sigmund Froid : "Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla".

Me caía simpático Ti Salustinao 'Riquitio, pese a sus ratos de mala leche. Ya quisieran para sí su cabal y bien conformado prognatismo los habitantes de la actual caverna. Pero el paisano pertenecía al pueblo llano, como esos paisanos del barrio burgalés de Gamonal y como tantos otros, que hartos del corrupto bipartidismo, vuelven a las asambleas y al concejo abierto y se levantan, airados, contra los paraísos políticos y las sectarias e interesadas decisiones municipales. Hasta en nuestra penillanura bellotera comienzan a fermentar movimientos autogestionarios, sin intermediarios, que pueden dar mucho que hablar. Atentos a esa inexplicable, antiestética y anticiudadana gasolinera automática que nos quieren incrustar en medio de la cacereña urbanización Ronda. El mercantilismo neoliberal no lo digieren los asamblearios. No olvidemos que muchos pensadores han significado que el español es un anarquista en potencia, pero no lo coetáneos cromañones que viven en sus confortables cavernas.

Buenos días.

¡FÍATE DE LA VIRGEN!

La Pingolla: ¡FÍATE DE LA VIRGEN!, publicada el 1 de febrero de 2014.

Él era el hombre que confiaba en los caballos.  No en la Virgen ni en los santos.  Siempre tuvo dos o tres preciosos alazanes.  Se le daba bien el oficio de mamporrero.  Sacó sus buenos cuartos en la remonta de sementales.  Le pusieron el apodo de “El Burranco”.  “A mÍ me pusun Burrancu –decía riéndose sanamente- cumu a ótruh le pusun Matabúrrah” (también hay tal mote en el lugar).  

Pero a Emilio Caletrío Montero le colgaron un segundo sobrenombre: Santana.  Referían que su madre, Ti Luisa Montero Caletrío, era muy beatona; siempre estaba con los santos y las vírgenes y metida en la sacristía.  “Se gahtaba lah pérrah -me relataba Ti Miliu- na,más que en vélah y maripósah pa lah lamparíllah, que a tóah hórah lah tenía ancendíah, y le regalaba guarrapínuh y quésuh a San Antoniu”.  Dieron los vecinos en llamar a su madre Santa Ana, y de ahí su segundo mote.  Pero nuestro paisano no veía rendimiento a las beaterías de su madre, que el lobo hacía sus lobadas en el rebaño que asistía su padre, Ti Robustiano Caletrío Miguel, y de nada servían los responsos.  Él solo confiaba en los caballos.  Cuando solo quedaban 23 días para que acabase la Guerra, Emilio fue de los que embarcaron en El Castillo de Olite.  Había pasado las de Caín alistado en el regimiento de infantería Zamora 29, con los nacionales.  El 7 de marzo de 1939 las baterías de costa de Cartagena acertaron de lleno al barco.  Los cuerpos destrozados se contaron por cientos.  Emilio no sabía nadar pero se arrojó al agua, agarrándose a un tablón.  Fue uno de los 294 supervivientes sanos y salvos entre los 2.112 hombres que transportaba aquella embarcación.  Un gran amigo suyo, vallisoletano, católico a machamartillo, con el “Detente” al lado del corazón y muchas estampas en los bolsillos, se puso a rezar de rodillas, en la cubierta del barco.  “Yo le grité pa que se tirara al agua y s,agarrara al mi tablón -contaba Ti Miliu “Santana”-, peru jincó el poleu, y esu pol no correl y fialsi de loh sántuh y la Virgin”.

     Hizo bien nuestro amigo en confiar más en los caballos que en mitologías y providencias, cosa que no han hecho la Ministra de Trabajo Fátima Báñez, que ha cifrado la salida de la crisis en el capote que echará sobre nuestras espaldas la Virgen del Rocío, o el Ministro del Interior, Jorge Fernández, plenamente convencido de que Santa Teresa está intercediendo por España en estos tiempos tan calamitosos.  Ecos nos llegan del general Franco y sus venturas y desventuras con la mano incorrupta de la mentada santa.  Cuando todo un rosario (nunca mejor dicho) de cargos y carguchos de las derechas de este país, cegados por su miopía y convertidos en títeres de los glotones tiburones del mundo de las finanzas y de ese capitalismo que carece de alma, son incapaces de enderezar nuestra microeconomías y al pueblo trabajador se la siguen dando en el mismo carrillo, se cobijan bajo sacrosantos mantos y aguardan el milagro.  Así, no es de extrañar que el Gobierno del PP condecore a la Virgen del Pilar con la Gran Cruz del Mérito de la Guardia Civil.  O el alcalde de Granada, el pepeísta José Torres Hurtado, entregue la medalla de oro del consistorio granadino a la Virgen de las Angustias.  O que el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, borre el nombre de una calle para dedicársela a la Virgen de las Mercedes.  Y podríamos seguir y seguir… Mas no solo gente del PP, que también entran en nómina alcaldes del PSOE y concejales de UPyD.  Ecos del general fascista Queipo de Llano ciñendo su fajín de general a la sevillana imagen de la Esperanza Macarena.

     Mucho vil metal revistiendo y pendiendo de representaciones sacras, casi convertidas en becerros de oro.  Criminal y abyecto cuando ese oro procede del sudor del pueblo y ha sido obtenido a base de tijeretazos y latigazos.  Ecos evangélicos advierten: “Vuestras riquezas están podridas y vuestras ropas están comidas de polillas.  Vuestro oro y plata están enmohecidos y su moho testificará contra vosotros” (Santiago 5: 1-4).  Ti Milio “El Burranco”, el que casó con Marcelina Calle Montero (los dos nacieron el mismo día del mismo mes y del mismo año: 4 de abril de 1913), hombre bueno, honesto y dicharachero, sabía más que de sobra que había que correr y no fiarse de la Virgen.  “De santu que comi, no me véngah a dal razónih”, expresaba muchas veces.  Y es que, como dice otro adagio, “a los tontos y a los pastores les hace la Virgen apariciones”.  Nosotros añadiríamos: y a la caterva de don Tancredos y don Inútiles que nos quieren con cilicios y en perenne ayuno.
     

¡VIVA CARLOS V!.

La Pingolla: ¡VIVA CARLOS V!, publicada el 25 de enero de 2014.

Fue un año en el Cristo Viejo, a finales de septiembre. La zarpa de la emigración le había arrancado de su pueblo y en Colmenar Viejo transcurría su vida. Era mozo solterón y yo andaba entrado en quintas. Juntamos el día con la noche. Entre trago y trago, me habló de tiempos de matanzas. Costumbre era salir, cuando se sacrificaba el cerdo, tocando tapaderas de latón por las calles. Era cosa de muchachos, bajo la luz de las estrellas. A veces, se echaban “zajumériuh” (también les decían la “ajiná”) en las casas. Pelos de viejas y cuatro bolas picosas metidas en un bote, a los que se prendía fuego. Atosigaban y olían a perros. Aquella noche, con una helada que cortaba como alfanje, lanzaron un “zajumeriu” en el corral de Don Blas González Pascual. La cuadra desembocaba a un rincón de la calleja de “Los Calvos”, que venía a ser, antes de que llegaron los alcantarillados y saneamientos, un urinario y cagadero público. Pedro Jiménez Rodríguez, al que todos llamaban Perico “El Topo”, también estaba de matanza. Sobre él cayeron las culpas. Al día siguiente, el maestro Don Blas, que ponía gran énfasis para enseñar pero también para zarandear la mano, le llamó en el recreo. Perico iba a la escuela de los grandes. El maestro de la vara le interrogó: “-¿Quién es Carlos V? Perico, ni corto ni perezoso, le respondió: “-¡El que fue ladrón y mehíhtru! Don Blas se rió malévolamente y le dijo: “-No, Carlos V fue el que le dijo a los comuneros: por una que me deis, yo os daré cinco”. Y le pegó tal somanta que no se olvidó de ella en los años que vivió.


El pasado 17 de enero nuestro periódico EXTREMADURA sacaba, en portada, una grandiosa foto en la que aparecían Passos Coello, Mariano Rajoy, el príncipe Felipe, Durao Barroso, José Antonio Monago y Amadeo Rodríguez. Foto de familia en la comarca de La Vera, con motivo de la entrega del Premio Carlos V de la Fundación Academia Europea de Yuste. Detrás, estaban los escuderos de turno. No sé por qué, pero me recuerda a otra fotografía -tal vez virtual- que creo haber visto en no sé dónde. Allí, a finales de los 60 del pasado siglo, se retrataban Marcelo Das Neves Alves Caetano, último primer ministro del Estado Novo portugués, de tendencia fascistoide; Luis Carrero Blanco, vicepresidente del Gobierno franquista; el príncipe Juan Carlos; Federico Gerona de la Figuera, Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento de Badajoz, y Juan Pedro Zarranz y Pueyo, obispo de Plasencia. Faltaba Jean Rey, primer Presidente de la Comunidad Europea, ya que, en aquel entonces, Durao Barroso tenía 13 años y no era siquiera militante del maoísta MPPP portugués. Poca diferencia entre las dos fotos, en lo que se refiere a las cabezas pensantes, tanto civiles, militares y eclesiásticas. Conservadurismo y neoliberalismo, con cierto y alcanforado tufo monárquico. Un cóctel perfecto. Y todo para traspasar la corona del César Carlos a la cabeza del que fuera maoísta y hoy es Presidente de la Comisión Europea, que se ha embolsado 45.000 euros por el mentado premio, como si no tuviese bastante con los 300.000 euros que arrepaña todos los años. Y el PP-PSOE regional aplaudiendo a rabiar al “troikero” y padrino del trío de las Azores.
Perico “El Topo”, el que se nos fue tempranamente por mor de un letal cangrejo que puso diabólicos huevos en su mediastino, había hecho de “madre”, siendo muchacho, muchas veces en los juegos, pintando con aquella retahíla de: “Una, doh, treh, cuatru y cincu, ¡viva Cárluh Quintu: ladrón y meníhtru!” Para él aquel flamenco que murió en Yuste era, a su vez, ladrón y ministro. A su manera, no iba muy equivocado, que entrampado estuvo aquel emperador con los banqueros alemanes e italianos y, en 1551, la deuda estatal de España ascendía a 7 millones de ducados. Los comuneros, que expresaban el descontento de las capas populares y el rechazo al orden social basado en el régimen señorial, se alzaron en armas contra aquel Carlos que apenas hablaba español. Hoy, otros Carlos y otros aspirantes a ministros siguen campando a sus anchas, robando y corrompiendo cuanto tocan. Razón tenía el grupo “Eskorbuto” cuando cantaba: “Este maldito país es una gran pocilga”.
Posiblemente, haya que armarse de “zajumériuh” y arrojárselos a tanto depredador como anda suelto. El barrio burgalés de Gamonal ya ha hecho temblar a más de dos. La gente de orden, los ricachones, la derecha de siempre y la izquierda deslavazada tiemblan ante el movimiento asambleario. Que tiemblen, aunque como decía el anarquista Pierre Joseph Proudhon “el mayor obstáculo que la igualdad ha de vencer no es el aristocrático orgullo de los ricos, sino el egoísmo indisciplinado de los pobres”.




ENTRE TROLAS Y TRILEROS.

La Pingolla: ENTRE TROLAS Y TRILEROS, publicada el 18 de enero de 2014.

Para los anales de la historia local quedarán las sanas diatribas entre dos Juanes: Juan de la Cruz González Pinero y Juan Blanco Redondo, el primero conocido por Ti Juan “Catorce” y el segundo por Don Juan “El Maestro”. Ambos las hilaban fino. Si el maestro mostraba su ilustración, el “Catorce”, analfabeto pero de gran inteligencia natural, sacaba a relucir su ingenio, su agudeza y su socarronería. Ti Juan “Catorce” matrimonió con Andrea Iglesias Martín, a la que, por rebote, se la llamaba Ti Andrea “La Catorza”. Los dos nacieron en el noviembre de la octava década del siglo XIX y fallecieron un mes de octubre del siglo XX: él en 1969 y ella en 1972. Recuerdo un año, siendo yo un chaval de cabás y de calzonas, cuando acarreábamos musgo para el belén de la iglesia y las Navidades se pintaban de realismos mágicos, en que coincidimos con Ti Juan “Catorce” en la calleja de “Valdelagares”. Nos apiñó a su vera y nos habló del legendario naranjo que tenía en su huerta, escondida entre canchales por el paraje de “El Batán”, junto a la Rivera del Bronco. Y nos habló de que aquel naranjo lo guardaba un perro con tres cabezas. Por una de sus bocas arrojaba fuego; por la otra, veneno, y por la tercera, pegaba unas dentelladas que arrancaba de cada viaje un kilo de carne. Y para curarse en salud, nos advertía: “No se voh ocurra il pa esi sitiu, que el perrón ehtá siempri alerta y, en un trihtráh, deja de cuerpu presenti a loh que no rehpetan loh biénih ajénuh y a loh que echan múchah gabólah”. Luego, sacando del bolsillo una oronda naranja, la peló y, repartiéndonos los gajos, nos explicó: “Ehta naranja eh de la críah; entoavía no s,ha jechu grandi, que lah grándih llegan a pesal máh de 30 ónzah”.

Aquellos dos Juanes, grandes amigos, sabían construir con tino las trolas que se contaban, que chispeaban como la tradición picaresca hispana. En cambio, nuestro bien o mal amado Rajoy no ha brillado a la hora de contarle los embustes al emperador Barack Obama. Y es que tales embustes, aparte de carecer de gracia y magia, rayaban en la mendacidad. Hasta la misma Rosa Díez, la de UpyD, ha exclamado: “Antes iban a Lourdes y, ahora, van a la Casa Blanca”. También otros marchaban, antes, a Roma a recibir la bendición papal y ahora van a humillarse ante los pies del Tío Sam. En bandeja le ha servido Rajoy el liliputiense crecimiento del 0,3 del PIB en el último trimestre. Y Obama ha respondido que España se recupera gracias al liderazgo del gallego y que presiente en el horizonte buenas noticias económicas para nuestro país. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen. ¡Menudo par! El uno, flamante Nobel de la Paz, cuando en el momento de recibir el premio docenas de civiles inocentes en Afganistán, Pakistán, Yemen, Somalia y otras partes caían víctimas de las acciones militares de los EEUU de Norteamérica. En los últimos 12 años, se calcula que las intervenciones directas o indirectas del imperialismo yankee han supuesto más de un cuarto de millón de víctimas civiles, entre ellas muchos niños. No es extraño que el comentarista Ernesto Luyo Arias, muy ligado a la Universidad Nacional Peruana, después de analizar la esclavitud del actual presidente norteamericano al dólar y a las grandes empresas armamentísticas y petrolíferas, haya afirmado que “Barack Obama no es sino la versión negra del psicópata gringo George Bus”.

El otro, nuestro Don Tancredo y barbudo presidente, aún no ha salido del anestesiante encantamiento por haber estrechado la mano del moreno Emperador. Avezado en las lides del embuste, para sí sigue diciendo: “Mientras más mentiras cuento, menos me parece que miento”. ¡Que desgracia! Ya lo dijo el dramaturgo y novelista Tennessee Williams: “La única cosa peor que un mentiroso es un mentiroso hipócrita”. Y el afamado escritor cartagenero Arturo Pérez Reverte ha dejado caer que “la imperturbable desvergüenza de Rajoy es admirable, y la de los suyos también, que nunca unos pocos mintieron tanto a tantos y en tan poco tiempo”.

Nada que ver esta pareja del negro y el blanco con aquellos dos Juanes, paisanos míos, a quienes aplaudían y les reían las sanas y graciosas trolas su auditorio sanchopancesco. No sería extraño que al par de trileros blanquinegros los devore el perro de las tres cabezas que guardaba el naranjo de Ti Juan “Catorce”, que siempre se dijo que “más presto se coge al mentiroso que al cojo”. Y máxime si el mentiroso se vuelve un mendaz crónico, gasta afiladas tijeras y mete la mano en las alforjas ajenas.

JAQUE AL REY.

La Pingolla: JAQUE AL REY, publicada el 11 de enero de 2014.

Era duro como las piedras y “canchalero” de pura cepa. Fue un genial tamborilero. También fue pastor y, en el año 2000, se nos fue a pastorear el rebaño de estrellas de otras galaxias. Tío José García Domínguez nació y murió en Aceituna, su pueblo. En cierta ocasión, nos vino a pasacallear, contratado por una peña de festejos de la que este escribidor era secretario. Anochecía y, al pasar junto a una vivienda del lugar, me dijo: “-Aquí ehtaba “El Ehcapi”, qu,era una taberna que tenía Tío Zacaríah “Chapaprieta”. En Aceituna, como en tantos sitios, dicen “Tío” y no “Ti”. Me chocó el nombre del bar y el mote del dueño. Tío José me explicó que lo de “El Escape” venía porque, cuando sus paisanos regresaban del mercado dominical de Ahigal, los hombres tomaban la espuela en esa tasca mientras las mujeres, ataviadas con sus sombreros de bálago, de anchas alas, que ellas mismas se fabricaban, esperaban pacientemente a la puerta, cuidando de las caballerías. Luego, al terminar la última ronda, salían al escape camino de Aceituna. Y “Chapaprieta” llamaban a Ti Zacarías Dosado Gutiérrez porque, siendo mozo, se presentó en las fiestas de San Sebastián, en Aceituna, con un espeso bigote. Al preguntarle por el mostacho, Ti Zacarías les dijo: -“M,he dejau un bigoti cumu Joaquín Chapaprieta, qu,ési eh de loh míuh”. Ti Zacarías se refería, claro está, al político republicano que llegó, en 1935, a Presidente del Consejo de Ministros.

Los “canchaleros” de Aceituna salían mal que bien por sus pies, con su carga de vino a cuestas, del bar “El Escape”. Trasponían la puerta honradamente. Pero no pueden decir lo mismo toda esa panda de impresentables que, beodos por la corrupción que no por el vino, no atinan con la salida y van cayendo amontonados, unos encima de otros. Ahora se ha sumado a la tropa la infanta doña Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia. ¡Qué ínfulas de megalómanas grandezas con nombre tan kilométrico! El juez José Castro Aragón, hombre de nombre normal y de recios apellidos, ha imputado a la hija del Rey, el cual, como la teutona y calvinista Angela Merkel, anda ahora pisando huevos con cuatro pies. Rafael Spottorno, aquel que formó parte de la avarienta decena de ejecutivos de Caja Madrid que se repartieron 25 millones de euros de sobresueldo el año en que dicha entidad fue rescatada con 4.465 kilos, es el Jefe de la Casa Real. Hace pocos días, hablaba del “martirio” que estaba sufriendo esa palaciega Casa. Pero para martirio el que sufren miles de españoles a causa de los que les están robando impunemente a manos llenas.

Se angustia la Casa Real, cuya máxima cabeza no permitió que se tensionaran por la ansiedad su amada hija Cristina y el Iñaki, su presunto golfante yerno, ansiosos por comprar el palacio de Pedralbes, por lo que les hizo lo que muchos califican de un oscuro préstamo de 1,2 millones de euros. Un españolito de a pie, a razón de sus ingresos anuales, tardaría 92 años en ganar tan astronómica cantidad. Las sospechas quedan cercenadas ante la inimputabilidad del Rey. Sabido es que el monarca español es tan inimputable ante la Ley como los individuos que acreditan un trastorno mental eximente. ¡Inaudito! No obstante, la imputación a la Infanta constituye de alguna manera un jaque al rey, o sea, a la antidemocrática, disfuncional y obsoleta monarquía. Ya lo decía Joaquín Sabina: “La monarquía es un déficit democrático que sufrimos por herencia”. Y el insigne escritor francés Víctor Hugo remataba la faena advirtiendo que “los reyes son para aquellas naciones que están en pañales”.


     Difícil va a ser librarse del jaque, pues los atacantes son muchos y escurridizos y, además, van sobre las grupas de los caballos de las encuestas y, para más inri, extienden sus amenazas al resto de las casillas. No están, tampoco, en pañales los atacantes y tienen a su favor que las huestes enemigas están noqueadas y no encuentran la puerta de salida (¡ay de los Vellido Dolfos que a traición se las abran!), al contrario que los arriscados “canchaleros” de Aceituna, los que llamaban “Chapaprieta” a Ti Zacarías Dosado.

LOS REYES MALOS.

La Pingolla: LOS REYES MALOS, publicada el 4 de enero de 2014.

De magos no tenían nada aquellos Reyes en los tiempos de subsistencia, cuando la gente baja sudaba la gota negra para llevarse un trozo de pan a la boca por estos pueblos que, dejando atrás la penillanura, gatean por los septentriones cacereños.  En 1913, cuando otro rey (Alfonso XIII), que tampoco era mago, se libraba por los pelos de un letal atentado, Petra Clemente González, a la que más tarde conoceríamos como Ti Petra “El Mieo”, cumplía las 12 primaveras.  Aquel año los Reyes no solo no fueron magos, sino malos y remalos.  Cuando la muchachuela Petra se despertó, con ojos como chispas, en la mañana del 6 de enero, vio sobre sus tristes zapatillas un deslucido envoltorio.  Nerviosa, lo desembarazó y descubrió que allí no había más que excrementos de un jumento.  “Me pusi a dal alaríuh y a lloral cumu una dehcosía -me relataba- y, cuandu pol la mi boca na,máh que salían petíhcuh, me dijun: -ésuh son loh melápiuh que robáhti en el güertu, que agora s,han vueltu una embozá de cagajónih”.  Días antes de Reyes, Petra y otras amigas habían entrado en un huerto de un tal Ti Guillermo “Patena” y se habían atiborrado los mandiles de “malápiuh” o manzanas invernizas.  Las descubrieron y hubo que pagar el daño.
   
Cien años han pasado ya de aquellos hechos y mañana por la noche volverán a llegar a la vieja Iberia los eternos Reyes. Mucho nos tememos -y no pretendemos ser agoreros- que colocarán sobre nuestros desgastados zapatos un envoltorio semejante al que le trajeron a Ti Petra “El Mieo”.  Pero, en este caso, nosotros no hemos asaltado huertos, sino que pagamos las culpas de los que nos vienen atracando día tras día.  Han logrado hasta corromper a los Reyes Magos y éstos, que no quisieron reconvertirse en republicanos, hacen cama con ellos.  Y ya se sabe: “los que duermen en el mismo colchón, se vuelven de la misma opinión”.  El sociólogo y escritor Jorge Moreno ha afirmado que “el actual Gobierno parece viajar en un coche conducido por Ángel Carromero”.  Sí, por ese cachorro del PP, apadrinado por Esperanza Aguirre y que atesora en su currículum infinidad de multas de tráfico por exceso de velocidad, habiendo perdido todos los puntos de carnet de conducir, lo que no quita para que haya sido colocado a dedo, con una nómina de 50.474 euros al año.
   
Han dejado los Reyes a sus camellos en mitad del campo.  Tienen hambre los famélicos animales, pero no encuentran brotes verdes, tal y como les prometieron.  El auto que lleva a sus coronados amos va a velocidades de vértigo y deja en las cunetas a esos dos millones de familias que sufren exclusión social, a los miles sin techo a pesar de haber un millón de viviendas vacías por la desahucios, a los que tienen sus pensiones y salarios congelados, a los que asfixian con las facturas de la luz, a los que tienen que repagar sus medicinas, a las mujeres obligadas a parir contra su voluntad, a los millones de españoles que están de brazos caídos, a toda esa legión de mozos que ya supera el 54% de paro juvenil, a lo que mendigan los garbanzos en los comedores sociales y en los bancos de alimentos…
   
El 71% de españolitos, que no de españolones, opina que el 2014 será peor que el que dejamos atrás.  Podemos imaginar, pues, los envoltorios que esperan de los Reyes Magos.  Todo apunta a que el fraude fiscal seguirá superando en un 10% a la media europea; que continuaremos pagando la deuda de los bancos (¡y ya van 41.300 millones!), para que el botín de Botín y otros de la cueva alibabiana continúen ensanchando sus estómagos; que irá en ascenso ese 16% de hogares españoles que, en 2013, no lograron llegar a fin de mes; que los contratos basura, producto de una inhumana reforma laboral, no alcanzarán el mes de duración…  Mientras, la cifra de multimillonarios rebasará los 402.000 y les dirán a obreros y jornaleros “¡que se jodan!”, como tan bien saber vociferarlo algunas hembras de la derecha y algún que otro calvo del nacionalismo catalán y burgués.
   
Reyes Malos, que no Magos, vendrán mañana a la noche. Peores aún que aquellos que depositaron un lío con cagajones de burro sobre las humildes alpargatas de Ti Petra “El Mieo”. Y todo porque nunca sopesamos las palabras del escritor y pensador Guillaume T. Raynal: “La fuerza del gobernante no es en realidad más que la fuerza de los que le dejan gobernar”.

A OSCURAS.

La Pingolla: A OSCURAS, publicada el 28 de diciembre de 2013.

Era muy lógico que los mozos cantaran aquello de “la luz de este pueblo/es una porquería:/se apaga de noche/y se enciende de día”.  Cuando el río Alagón venía crecido, el motor que producía la energía eléctrica no funcionaba y había que echar mano de otro artilugio que tenía instalado en su fábrica de harina el vecino Daniel Basquero Blasco, conocido por Ti Daniel “Fusca”, hijo de la villa hurdana de El Casar de Palomero pero casado en el pueblo.  Mas la  luz se iba cuando le daba la gana y había que acudir al candil y al carburo.  Para transitar de noche por las calles e ir a las cuadras, el farol de aceite.  Sin embargo, para María García Gutiérrez, que nunca alcanzó el título de “Ti” porque permaneció solterona hasta octubre de 2003, cuando falleció con 87 primaveras, jamás fueron problemas las bombillas.  Aunque pertenecía por línea paterna al clan vecinal de “Los Perrengues”, ella pasó a ser conocida en el lugar como María “Sin Luz”.  Prefería andar a oscuras antes que soltar los cuartos.  Según cuentan, se excusaba diciendo que “a la lú de la vela y la candela, no hay mujel fea”.  Y añadía: “yo no me ráhcu loh bolsílluh pa ésah andróminah de la lú, que loh mih ójuh ya ehtán enseñáuh a la ehcuriá; asín que el que quiera víciuh, que s,aprieti el cinchu”.

     Dice un adagio antiguo que “donde hay luz también hay sombras”.  Y no hablamos de las muchos focos que alumbraban las septuagenarias arrugas del ciudadano Juan Carlos de Borbón cuando, con su voz cansina y monótona, casi gangosa, se dirigió a la nación el día de Nochebuena.  Una fotocopia de pasados años, sin un ápice de autocrítica, aunque el PP-PSOE ha hecho encaje de bolillos bipartidista para realzar tan regias palabras.  Hay luz que producen unas empresas  privatizadas, convertidas en verdaderos oligopolios, pero las sombras cubren a más de cuatro millones de españoles que sufren pobreza energética.  Engordan los bolsillos de las corporaciones eléctricas, donde hay generosamente recolocados y recompensados más de 20 exministros y altos cargos del PP, de las derechas nacionalistas y del PSOE, mientras que, en 2012, 1,4 millones de hogares de este país se veían sumidos en la oscuridad por impago de las facturas eléctricas.  Y cuando Izquierda Plural ha presentado una propuesta para que no se les corte la luz a las personas con riesgo de pobreza o de exclusión social, la derecha ha puesto el grito en el cielo.  Inmisericorde y desalmada, como acostumbró a lo largo de la historia.
     Patéticos los tartamudeos y farfulleos del socialdemócrata Rubalcaba el pasado día 20 de los corrientes, en “Las Mañanas de Cuatro”.  Tenía delante a Pablo Iglesias, el joven profesor de Ciencias Políticas, que le afeaba que dirigentes del PSOE hubiesen privatizado empresas de tanto interés estratégico y, luego, se hubiesen colocado en las mismas, con sueldos multimillonarios.  Parece como si el actual secretario general del PSOE creyera tener delante al otro Pablo Iglesias, el fundador de su partido, que le recriminaba por la deriva derechista del mismo.  Y Alfredo era todo un manojo de nervios.  Se veía cogido en renuncio y no sabía dónde esconderse.  Hasta llegó a afirmar que el artículo 128 de la Constitución, el que establece que toda la riqueza del país está subordinada al interés público y faculta al Estado para intervenir empresas cuando así lo exigiera el interés general, se encontraba obsoleto y le traía recuerdos de la Unión Soviética.  ¡Increíble en boca de alguien que se hace llamar socialista!

     Aquí, privatizan lo que es de todos, para cebar a los mercaderes del templo neoliberal (verdaderos tiburones y aprovechados rentistas y especuladores) y a sus amiguetes.  En Francia, por poner un ejemplo cercano, el 85% de la energía eléctrica es de titularidad pública.  Y en otros muchos países de nuestro entorno europeo prevalecen las titularidades estatales o municipales, con gran predominio de las energías renovables.  Por más que las organizaciones de consumidores españoles han pedido reiteradamente a los distintos gobiernos del PSOE y del PP que auditaran las empresas de energía eléctrica, solo han obtenido cortes de mangas o la callada por respuesta.
     Al paso que vamos, acabarán abocándonos a muchos españolitos ligeros de equipaje, tal que María “Sin Luz”, a alumbrarnos con el candil y la candela. Pero, ¡ojo!, que antes de quedarnos completamente a oscuras, estas prehistóricas fuentes de luz pueden avivar incandescentes llamas.

BANDERAS.

La Pingolla: BANDERAS, publicada el 21 de diciembre de 2013.

Le llamaban  “Perrigalgo” porque era estirado, flaquiseco y tenía un olfato especial para ciertas situaciones.  Pertenecía a la Casa del Pueblo y era un secreto a voces en el lugar que fue él quien colocó en el balcón del Ayuntamiento la bandera republicana que apareció flameando gallardamente en la madrugada del día de Año Nuevo de 1931.  Se adelantó al 14 de abril.  Cuentan que la bandera la confeccionó su madre, Florentina Calvo Montero, a la que llamaban “La Liberala”, auténtica Mariana Pineda del siglo XX.  Visitas al cuartelillo de la Guardia Civil de Ahigal.  No había pruebas contundentes y todo se quedó en una sarta de mamporros.  Su hermano Marcos, al que conocíamos por Ti Marcos “El Caminero”, me relató cierto día: “El mi hermanu Marcial era mu republicanu, mu atrevíu pa tó, no aguantaba qu,el ricu achantara a la genti baja, peru tuvu mala suerti, que al pobri lo matarun en la guerra”.  Dicen que, cuando le llamaron a filas, se dislocó un pie a propio intento, pues no quería ir a pegar tiros contra sus hermanos republicanos.  Pero una vez que se enderezó, a la fuerza lo enrolaron en una compañía de choque del tercio de requetés carlistas “Nuestra Señora de Guadalupe”.  Participó en furiosos combates y quedó cuatro veces solo en su escuadra.  Quiso pasarse al otro bando, pero le tenían muy vigilado y se quedó con las ganas.  Y, desgraciadamente, Marcial Pescador Calvo, vino a caer en el frente sur de Madrid, cerca de Aranjuez, en la fatídica Cuesta de la Reina.

     Dormí en una ocasión en las parvas del pueblo de Pastores, muy cercano a Ciudad Rodrigo.  Tiempos de tienda de campaña y de mochila, recorriendo, en el estío, los viejos caminos de la antigua Iberia.  Entonces no ondeaba la bandera republicana en su Ayuntamiento como sí que lo hacía el pasado día 1 del mes que atravesamos.  Pilar Salazar González, alcaldesa socialista de Pastores, decidió apoyar el Encuentro Estatal de Cargos Públicos por la República que se celebraba en tal fecha y colgó, con luz y taquígrafos, la bandera tricolor en el balcón del consistorio.  La Subdelegación del Gobierno en Salamanca montó en cólera y ordenó a la guardia civil que la quitara de inmediato.  Y lo que es más triste:  el oficialismo pesoísta salmantino le exigió a la alcaldesa la entrega de su acta de concejal electo.

     Puede que algunos consideremos las banderas, tal que Mario Benedetti, como simples “patrias de nailon”, y que nos incomoden como le incomodaban al escritor y activista político Normal Mailer,  el cual afirmaba que “los países fascistas siempre exhiben un gran orgullo por su bandera”.  Pero ello no quita que nos solivianten las posturas de toda una gavilla de jerarcas pesoístas que, arrimados desde hace ya un buen puñado de años, al olor y al calor de aristócratas, banqueros, botafumeiros, príncipes y reyes, han olvidado su legitimidad de origen y se olvidan de todos los honestos socialistas que derramaron su sangre por defender la libertad, la igualdad y la fraternidad bajo el estandarte tricolor.  Resulta histriónico que, hoy en día, gente que dice militar en el PSOE, como la alcaldesa gaditana de la Línea de la Concepción, Gema Araujo,  eche mano de la bandera monárquica y rojigualda para arropar a una imagen de la Inmaculada y nombrarla alcaldesa perpetua de la villa, con los votos del PP y del PA y con la oposición de IU.  Que lo haga la alcaldesa derechista de Fuengirola con la Virgen del Rosario, tiene un pase, pero que ciertos socialistas (o mejor dicho, pesoístas) no sean consecuentes con la leche que mamaron, clama al cielo, aunque no sea de azul celeste, sino rojo, amarillo y morado.  Así, por culpa de los que se enriquecieron con el legado de Pablo Iglesias o lo bastardearon, el PSOE hunde cada vez más el pico en las encuestas.

     Pero, en fin, dejemos en paz,  en estas entrañables fechas, el patio de banderas y cojamos tan solo la de la justicia social, que no la ñoña de la caridad paternalista, culpable de mantener y de no desmontar el capitalismo de compasión.  Marcial “Perrigalgo”, abanderado tricolor, tenía muy claro lo que era luchar por la justicia social y distributiva.  Él, como la alcaldesa de Pastores, era socialista y republicano, mal que les pese a ciertos pesoístas de ahora, que no a los socialistas de antaño.

   

CUCHILLAS.

La Pingolla: CUCHILLAS, publicada el 14 de diciembre de 2013.

Le mojaron la cotorina en la pila del bautismo y signado fue con el nombre de Francisco Santiago Cabezalí Caletrío.  Transcurría el mismo año en que abdicaba el rey Amadeo I de Saboya y moría el pintor Luis Rosales.  Con el tiempo, sería, en el lugar, Ti Quico “Lagartijo”.  Siendo mozo, a Quico se lo llevaron a la guerra de Filipinas.  Terminó la contienda, España rindió armas y el soldado no regresó a casa.  Pasaron los meses y, al no tener noticias, sus padres,  Tomás y Josefa, le donaron en el ofertorio un choto al Cristo.  Pero siguió sin aparecer.  Le dieron por muerto y celebraron el correspondiente funeral.  Al cabo de siete años, como en los viejos romances, regresó de Filipinas.  Matías Montero Cabezalí, que heredó el apodo de “El Feo”, aunque en dicho clan hubiera guapas mozas y gallardos mozos, era sobrino de Quico.  “Mi tíu –me refería- ehtuvu presu en un campu que ehtaba tó arrodeau de cáñah entrelazáh y cortáh a bisel.  Él y otra gavilla de quíntuh se quisun ehcapal háhta pol doh vécih, peru se jadían múchuh córtih con lah cáñah y no eran ehcapá de gateal pol aquel bardal”.  Volvió de Filipinas escuchimizado.  “¡Ni una perrita le dejarun! –me contaba recientemente Gregorio Corrales Cabezalí, Gorio “El Lagarto”, nieto octogenario de Quico.  “Tantu sufril pol la patria y ¡ni un céntimu!, que lah pérrah se lah dierun a ótruh”.  Gorio sabe bien que los que más se aprovechan de la Patria son los que siempre la tienen en la boca, pero no quienes en verdad la defienden.

     Si mucho cortaban aquellas cañas del campo de prisioneros perdido en una remota isla del archipiélago filipino, cuánto más no cortarán esas cuchillas colocadas en los 12 kilómetros de vallas de Melilla y en los 8,2 que cercan a Ceuta.  Concertinas, al igual que una especie de acordeón hexagonal, llaman a esas vallas.  Joan Coscubiela, diputado izquierdista, se ha escandalizado de que se dé “el nombre de un instrumento musical a algo que hiere y puede matar”.  Pero el gallego que preside la nación, ni se inmuta, afirmando que no sabe si esas terribles cuchillas “pueden producir efectos sobre las personas”.  También en su día, antes de que mandaran quitarlas, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba calificaba a esas alambradas de “medida disuasoria y legal”.
      Calentita está la asistencia de don Mariano Rajoy a los funerales de Nelson Rolihlahla Mandela.  Aquel a quien su pueblo llamaba familiarmente Madiba y Tata, no tejió mallas con cuchillas, sino que las destrozó todas, haciendo añicos el cruel apartheid racial de la nación sudafricana y acabando con la vergonzosa y represora supremacía blanca.  Mandela dejó dicho que “para ser libres no solo debemos deshacernos de las cadenas, sino vivir de una manera que respete y potencia la libertad de los demás”.  El Tercer Mundo tiene hambre y necesidad de cubrir otras muchas necesidades que dignifican al hombre.  Pero el Primer Mundo levanta muros y concertinas para evitar la avalancha de los hambrientos y de los que claman otros derechos.  Se levantan en la frontera de los EEUU, todopoderoso e imperialista, impidiendo el paso a los “espaldas mojadas”, que ya han dejado 5600 cadáveres en los espacios desérticos.  Y los alzan, a lo largo de 2720 kilómetros, los sátrapas marroquíes en la antigua colonia española del Sahara, convirtiéndola en un lacerante gheto.  O el sionismo militante en torno a las tierras palestinas.  Mucho señor feudal de la dinastía china Qin pero muy pocos Mandelas.
     De nada sirve poner puertas al campo o a la mar.  Por mucho que regímenes conservadores, neoliberales y de otras variopintas derechas y de desangeladas izquierdas pretendan frenar el alud de los desheredados, no lo conseguirán.  Y lo peor es que los pobres comienzan a brotar como setas dentro de las propios bosques.  No habrá cuchillas suficientes.  León Tostoi decía que “antes de dar a un pueblo sacerdotes, soldados y maestros, sería oportuno saber si no se está muriendo de hambre”.  Y el pueblo llano, al que pertenecía Ti Quico “Lagartijo”, que también supo de estacadas de aguzado filo, refranea diciendo que “al hambre que es hambre verdadera no la atajan ni el cielo, ni el infierno ni la tierra”.  El Papa Francisco ha puesto el dedo en la llaga, reprendiendo duramente a ese capitalismo culpable de “la inhumana crisis económica, fruto de un sistema que no muestra respeto por el hombre”. Pero oídos sordos harán los poderosos y seguirán, los muy grandes hipócritas, dándose golpes en el pecho.

DIVINO CALVO.

La Pingolla: DIVINO CALVO, publicada el 7 de diciembre de 2013.

Ti Lorenzón no fue ningún divino calvo, ya que conservó su pelo recio y entrecano.

Corría el año 1935. El alcalde republicano, Fausto Casas Gutiérrez, dimitía a causa de unas dolencias que le hacían acudir con frecuencia a unos baños termales portugueses. Ocupó el puesto Angel Montero Montero, más conocido por Ti Angel "Moyana" De la tenencia de alcaldía se encargaba Lorenzo Corrales Sánchez. Era todo un hombrón y, por ello, le decían "Ti Lorenzón". El cliché de mi memoria lo recuerda ya entrado en edad, grandullón, algo desgarbado y con unas orejas de más que regular tamaño. El fue el que sugirió en un pleno la creación de una biblioteca municipal y popular, ya que, según sus palabras, "tiende a divulgar el libro, instrumento necesario para la cultura". Posiblemente, no empleara tan refinadas palabras, pero fueron las que el secretario de turno dejó plasmadas en el acta. Ti Lorenzón no fue ningún divino calvo, ya que conservó su pelo recio y entrecano hasta el final de sus días, pero se encargó que la casa Espasa-Calpe dotara de una biblioteca al municipio.

Por estos pueblos, muchos decían que "el que na máh jadi que leel y se rompi la cabeza ehtudiandu se quea pelón al cabu el tiempo". Pelón se quedó José Ignacio Wert, antiguo alumno "pilarista" -como correspondía a las élites de este país- y actual Ministro de Educación. Dicen las malas lenguas que Wert ha cambiado a la que era su pareja, Edurne Uriarte, por la Secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, a la que califican de "bióloga, divorciada y rica". Edurne se ha quedado tan solo con el calor de sus tertulias televisivas y con su columna en el grupo derechista y mediático "Vocento", donde hay ejecutivos que cortan más que guillotinas por un quítame allá esas pajas. Pero dejemos los comadreos, que no pretendemos convertir estas líneas en un casposo y verdulero "Sálvame Deluxe", y atrevámonos a decir que Wert fue un discente aplicadísimo y ello le llevó a quedarse calvo. Decía el escritor Jean Cocteau que "formarse no es nada fácil, pero reformarse lo es menos aún". A la vista está, por tanta polémica suscitada, que el ministro no se ha reformado. Su Ley de Educación, la Lomce, la han aprobado solo los suyos. El consenso ha brillado por su ausencia. Han triunfado los cócteles teológicos y neoliberales de la enseñanza. Ojalá sea por poco tiempo.

Aunque la alopecia de Wert salte a la vista, no puede presumir de divino calvo. Ese título es muy difícil arrebatárselo al artista del toreo Rafael Gómez Ortega, "El Gallo". Fue éste un personaje pintoresco, desprendido, ocurrente, generoso, bohemio, ingenioso, heterodoxo y genial. Nada que ver con el ministro Wert. Y, además, fue calificado de practicar un toreo "anticombativo", dejando marchar a los morlacos que no eran de su gusto. Wert no ha sabido tener mano izquierda y, arrogante y sectario, se ha estrellado en los muchos combates que ha generado. Mientras el "Divino Calvo" manejaba con arte el capote, el ministro pepero lo único que sabe, según declaraciones propias, es arrojar la toalla cuando sale de la ducha.

El filósofo chino Confucio afirmaba que "donde hay educación no hay distinción de clases". Las derechas de este país jamás permitieron ni están por la labor de que las clases bajas se les suban a las barbas. Puede que la Lomce sea una ley antieducativa, puesto que ahonda en el clasismo al no ser emancipadora, globalmente pública, gratuita, laica (sin injerencias del Estado ni de la Iglesia), integral, racional, formadora de conciencias libres, científica, humanista y donde prevalezca la autoridad moral y sana que lleva al educando al reto de la autonomía, de la responsabilidad, del compromiso y de la libertad.

Ti Lorenzón no se quedó calvo, pero mantuvo la sensatez y congruencia toda su vida, ya que, como decía el filósofo Bertrand Russell, supo que "lo más difícil de aprender en la vida es qué puentes hay que cruzar y qué puentes hay que quemar". Otros, por mucha inteligencia que les proporcione su calvicie, solo aprenderán a dinamitar todos los puentes.

Buenos días.

PRIETAS LAS FILAS.

La Pingolla: PRIETAS LAS FILAS, publicada el 30 de noviembre de 2013.

Bulle por mi cabeza un recuerdo nebuloso de unos antruejos donde el pueblo rompía las cadenas y le daba la vuelta a la tortilla.  Aquellos eran carnavales realmente arcaicos, espontáneos, rurales y transgresores.  Los de hoy en día, salvo excepciones, son una burda copia de los reglamentados y uniformados de la gran urbe, que de carnaval tienen lo que San Pedro de melenudo.  Daniela Martín Clemente, que respondía mejor a Ti Daniela La Canchala”, siempre fue el alma de las carnestolendas.  Atrevida, desenfadada, republicana, bizarra y auténtica pintura de Delacroix (tal que la Libertad guiando al pueblo).  Muchos años antes de que un servidor viera la luz, se vistió de cura un Miércoles de Ceniza y presidió el entierro de la sardina.  Dio vivas a la República y pintarrajeó un rótulo dedicado al dictador Miguel Primo de Rivera.  En agosto del 36, a ella y compañeras mártires les mostraron unas tijeras tan grandes como las que hoy maneja en sus recortes la derecha y unos frascos con aceite de ricino.  “Me metierun lah estijérah pol el cogoti –refería- y, cuandu me pusun el embú en la boca pa jatealmi bien de ricinu, llegó un señol y se acabarun lah judiáh.  Eran tóh forahtéruh. Conocía a unu, que vihtía una camisa azul y era de La Zarza de Granaílla, peru esi no era falangíhta, que era de lah deréchah de Gil Robli”.

     Ti Daniela “La Canchala” se adelantó a la Ley de la Memoria Histórica de España y emborronó un letrero dedicado a don Miguel Primo de Rivera.  Otros, que hoy llevan –o llevaron hasta hace poco- vara de mando, han mantenido, sin embargo, tal nombre en calles y plazuelas.  Bien cerca tenemos esa avenida dedicada, en Cáceres, a tal dictador.  Ni siquiera la eliminaron los ediles del PSOE cuando tuvieron voz y voto.  ¿Acaso el poso y el peso históricos del pacto y apoyo de UGT y PSOE a aquel militarote, Capitán General de Cataluña y partidario de la mano dura, aún sigue vigente?  Ellos, los socialistas, no condenaron el golpe de Estado, como no lo condenaron el Borbón Alfonso XIII, la Iglesia Católica y los grandes banqueros y empresarios.  Y los palos se los llevaron, con feroz contundencia, los anarcosindicalistas de la CNT y los militantes del PCE.
     Papel mojado para algunos es la Ley de la Memoria Histórica que insta a la retirada de símbolos franquistas y de los que hagan mención a todo tipo de dictaduras de todo edificio y espacio público.  En esta Extremadura nuestra, donde la derecha franquista reprimió con criminal saña a la clase trabajadora, es una vergüenza que aún continúen, enseñoreándose de los espacios que son de todos, nombres con las manos manchadas de sangre o que, con sus palabras y hechos, incitaron a la destrucción del legítimo Gobierno Republicano.  Hasta un pueblo, Guadiana del Caudillo, sigue honrando la memoria de un personaje considerado como criminal de guerra en muchos foros internacionales, por más que rocambolescos individuos como el Premio Nobel de Literatura Camilo José Cela dijera aquello de “Dios ha bendecido a Franco, nuestro Caudillo y Padre”.  Pasear por Navalmoral de la Mata es darse de cara con rótulos como Comandante Vázquez, General Sanjurjo, Ramón Franco, Calvo Sotelo, García Morato, etc.  Y si nos adentramos en nuestros medios rurales, veremos que aquel al que tanto admira el cantante Raphael (“soy un fanático de Franco”, dijo en cierta ocasión), y segundones del superlativo Generalísimo, como el severo Severiano Martínez Anido, tenebroso sujeto y ministro de Orden Público en 1938, y otra pútrida gavilla de perros cancerberos  todavía mantienen relucientes sus nombres en diferentes placas.
     Es innegable que en un partido como el PP, que ha rechazado el pasado octubre en el Congreso que la apología del franquismo sea delito, o que se ha negado a que el 18 de julio fuera considerado como Día de Condena a la Dictadura Franquista, pesan mucho los ramalazos de su subconsciente.  Una gran parte de la derecha, prietas las filas como antaño, aún no ha asumido que, como decía el escritor Octavio Paz, “toda dictadura, sea de un hombre o un partido, desemboca en las dos formas predilectas de la esquizofrenia:  el monólogo y el mausoleo”.  Ti Daniela “La Canchala”, escapada de las filas y venteada por aires libertarios, tuvo muy claro que la Libertad es un río que corre desbocado, pero solo los pusilánimes y cobardes aman la seguridad de las dictaduras.

Inicio de este espacio en la red: LA PINGOLLA de FÉLIX BARROSO GUTIÉRREZ

Buenas tardes.

Inicio este blog para recoger Las Pingollas de Félix Barroso Gutiérrez, antropólogo y maestro natural de Santibáñez el Bajo. Las Pingollas son unos artículos de opinión de Félix que aparecen publicados los sábados en la edición de papel de El Diario Extremadura. Anteriormente se publicaban en Hoy, el otro importante diario extremeño; en ellos combina crítica social y política actual con anecdotario rural popular tradicional, principalmente de su localidad de origen, en un excelente ejercicio de prosa e inteligencia, y con una gran abundancia y riqueza de referencias de interés de todo tipo, que demuestran que estamos ante un señor que es un pozo de sabiduría y, lo que es más importante, un transmisor de esa propia sabiduría que atesora, en un ejercicio de gran generosidad; así, como no podía ser de otra forma, la didáctica es su forma de vida y profesión.
Las Pingollas son una reivindicación, en sí mismas, de la gente humilde y de ese mundo rural de tradición oral tan denostado por la modernidad, frente a las prácticas abusivas y autoritarias de la política contemporánea, tan antidemocráticas y carentes de los valores que ese poder autócrata no para de pregonar de una manera más que hipócrita y que La Pingolla denuncia.

Félix, aún no siendo hurdano, sino de Tierras de Granadilla, comarca límitrofe, se puede decir que es, en palabras de muchas personas, uno de los mayores embajadores que existen actualmente de la cultura hurdana, y como tal ha sido reconocido por los propios hurdanos. Así, además de ser un conocedor directo, no sólo por la proximidad de Santibáñez el Bajo a Las Hurdes, sino por haber ejercido su profesión en Nuñomoral durante bastantes años, es un hurdanofilo de los de verdad, y no de esos otros cómplices de la gran mentira que se fabricó durante tantos años sobre el pasado del territorio hurdano, versión que, tristemente, en gran medida, sigue siendo la oficial y más creída por la opinión pública. Afortunadamente, tenemos el trabajo de Félix Barroso Gutiérrez para contrarrestar y desmontar falacias de todo tipo.
Hay que descatar su gran labor de recuperación, junto a la asociación a la que pertenece -La Corrobra Folklórica y Etnográfica Estampas Jurdanas-, de distintas celebraciones y rituales del acervo cultural hurdano que se encontraban en peligro de extinción como La Carvochá y La Chicharrona o el propio Carnaval Jurdano.

Volviendo al propio título de los artículos, razón de ser de este humilde espacio en la red, diremos que por Pingolla, en el dialecto de ascendencia astur-leonesa de la zona, habla que está muy presente en La Pingolla, se entiende, en propias palabras de Félix, "lo más alto de todo, de un árbol generalmente, donde casi nadie puede subir y desde donde se otea todo lo habido y por haber".
El sagrado árbol, que otrora presidiera ese ejercicio de verdadera democracia del milenario concejo abierto, nos vuelve a iluminar, desde lo más alto, con La Pingolla de Félix.
Vaya en homenaje suyo, y como lugar de lectura de las personas que por aquí asomen, este humilde espacio.

*Iniciaré La Pingolla desde la publicada el 30 de noviembre de 2013: Prietas las filas; pero he de decir que éstas se iniciaron allá por finales de 2010 en el diario Hoy.